Existe un dicho popular «Al que madruga Dios lo ayuda.» Esto surge de un mundo normalizado para funcionar de 9 a 6, pero la ciencia muestra otro punto de vista ante la dicotomía entre madrugador y noctámbulo.

Según sugieren algunos estudios, si sos más propenso a quedarte despierto hasta tarde, es probable que algún ancestro genético haya tenido un patrón similar de sueño. Se supone que esto tiene una razón evolutiva. Antiguamente, antes de que la sociedad moderna se sincronizara al horario de 9 a.m. a 6 p.m., algunos de nuestros ancestros debían realizar tareas o hacer de vigías durante la noche mientras otros se levantarían más temprano para relevar a los primeros. Si todos dormían al mismo tiempo, se volvían más vulnerables a depredadores u otros peligros nocturnos. Por lo tanto se teoriza que el noctámbulo cumplía un rol durante ciertas horas de la noche, mientras que el madrugador lo hacía en las primeras horas de la mañana.

Curiosamente, se puede notar una diferencia a nivel físico entre estos dos tipos de personas. Los madrugadores poseen más materia blanca en el cerebro, lo cual los hace más proactivos y optimistas. Como contrapartida, los noctambulos  son más creativos, poseen mayor habilidad cognitiva y son más arriesgados en sus decisiones, gracias a sus elevados niveles de cortisol, la hormona que prepara al cuerpo para enfrentar amenazas inmediatas.

Pero la predisposición genética no es un factor determinante. Con la práctica, la rutina y el esfuerzo, cada uno puede elegir forjar en su vida los hábitos que considere más saludables y útiles para si mismo, la familia y la sociedad.

Artículos relacionados: 8 consejos para levantarse temprano / 6 remedios naturales contra el insomnio

 

Fuente: ASAPScience

Escrito por Lucas Randazzo